Además de impedir el embarazo, la píldora anticonceptiva puede servir también para tratar algunas enfermedades y disminuir los riesgos de otras. Algunos de los beneficios que lo nacimiento puede traer a la salud de la mujer:
- Disminuye la TPM (Tensión Pre-Menstrual);
- Protege contra el cáncer de ovario y endometrio, ya que estos órganos son poco estimulados durante el uso del anticonceptivo;
- Puede reducir la cantidad de pelos, principalmente aquellos que crecen en lugares poco habituales en la mujer, como cara y abdomen;
- Mejora el acné y la oleosidad de la piel;
- Regula la menstruación, combatiendo sangrados irregulares o excesivos y la disminución del flujo menstrual;
- Mejora cólicos menstruales;
- Puede ser utilizado en el tratamiento del síndrome de los ovarios poliquísticos y de la endometriosis;
- Reduce las posibilidades de que la mujer tenga una enfermedad benigna de mama, quistes en el ovario, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico y anemia por falta de hierro;
- Disminuye la pérdida de masa ósea en mujeres de más de 40 años, previniendo la osteopenia (debilidad ósea que antecede a la osteoporosis) y la osteoporosis.
Es importante recordar que estos beneficios no están todos reunidos en un único anticonceptivo.
Cada tipo de píldora, de acuerdo con los hormonas que posee, se utiliza para un fin específico cuando el objetivo es aliviar los síntomas o tratar una enfermedad.
Por ejemplo, la píldora anticonceptiva que contiene en su fórmula drospirenona y etinilestradiol es más eficaz para amenizar y tratar la tensión premenstrual, el acné y el síndrome de los ovarios poliquísticos.
Las píldoras con los homonios estrógeno y progesterona combinados se utilizan para regular la menstruación.
El médico ginecólogo es quien recomendará el anticonceptivo más indicado, de acuerdo con las características de la paciente y los objetivos del tratamiento.
