La retirada del útero (histerectomía) es aconsejable en casos de miomas, dolores pélvicos, prolapso uterino, sangrado uterino anormal, cáncer y enfermedades con potencial de riesgo malignidad. Sin embargo, en algunas de estas situaciones, puede haber otras alternativas de tratamiento que deben ser evaluadas por el ginecólogo y discutidas con la paciente.
Una de las principales razones para la remoción quirúrgica del útero es sangrado menstrual excesivo en el período previo a la menopausia. El sangrado uterino abundante puede causar anemia, fatiga e interferir en las actividades diarias de la mujer.
Se considera excesivo el sangrado que dura más de una semana o que requiere el uso de más de un absorbente por hora. Otra forma de sangrado uterino anormal es el sangrado que ocurre fuera del período menstrual.
Las hemorragias pueden ser tratadas con medicamentos u otros tipos de intervenciones quirúrgicas. Si no hay mejora del cuadro, la histerectomía puede ser necesaria.
En el caso de los fibromas, puede ser aconsejable retirar el útero si la mujer presenta sangrado irregular y excesivo y no pretende quedar embarazada.
la prolapso uterino puede ocurrir debido al debilitamiento y estiramiento de los músculos pélvicos y de los ligamentos que sostienen el útero, haciendo que el útero caiga dentro de la vagina. En estos casos, el médico puede optar por la remoción del útero sin retirar el cuello uterino. Además de la histerectomía, el tratamiento del prolapso incluye la colocación de pantallas de apoyo para evitar un nuevo prolapso de órganos pélvicos.
Otra indicación para la histerectomía es la hiperplasia del endometrio. Se trata de un crecimiento excesivo del tejido que recubre la parte interna del útero (endometrio). La hiperplasia endometrial es una condición benigna, pero existe riesgo de evolucionar hacia el cáncer, dependiendo del tipo de hiperplasia. El tratamiento puede hacerse con medicamentos, pero hay casos en que la retirada del útero es necesaria o más aconsejable.
La histerectomía también puede ser necesaria en casos de cáncer de útero, cuello uterino o de ovario.
Hay todavía situaciones, aunque son raras, en que la remoción del útero puede ser necesaria para contener una hemorragia incontrolable después del parto o de la cesárea.
Excepto en situaciones de emergencia, como la descrita anteriormente, la decisión de realizar la histerectomía debe ser compartida entre la paciente y su médico ginecólogo. Se debe tener en cuenta los planes reproductivos de la mujer, las alternativas de tratamiento a la retirada del útero, así como el riesgo-beneficio de la histerectomía.
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