la audiometría es un examen utilizado para evaluar la audición, que consiste en definir el menor umbral de audibilidad individual en frecuencias sonoras distintas, por medio de un audiograma, además del reconocimiento de habla. El profesional utiliza los datos recolectados para determinar el tipo y grado de la pérdida auditiva (si existe).
De acuerdo con la Norma Reguladora 7 (Programa de control médico de salud ocupacional), es un "examen que debe ser ejecutado por profesional habilitado, o sea, médico o fonoaudiólogo, conforme resoluciones de los respectivos consejos federales profesionales".
En general, este examen es solicitado cuando, en una consulta médica, el paciente o sus familiares alegan que él está "oyendo poco", pero puede servir también para complementar otros diagnósticos (traumas, infecciones, condiciones hereditarias, etc.) o usado en consultas médicas ocupacionales (exámenes admisibles, periódicos, etc.).
El grado de pérdida auditiva se puede comprobar en cada oído por separado y puede deberse a:
- Pérdidas provenientes del oído externo y / o del oído medio (conductivo)
- Pérdidas provenientes del oído interno y / o nervios involucrados en la audición y / o de las vías auditivas sensoriales (neurosensorial).
- Pérdidas mixtas.
Básicamente, existen 2 tipos de audiometría:
Audiometría tonal: evalúa las respuestas del paciente a tonos puros, emitidos en diversas frecuencias, detectando así el grado y el tipo de pérdida auditiva.
Audiometría vocal: evalúa la capacidad de comprender la voz humana, en la que el paciente demuestra su percepción y comprensión de la voz humana emitida por el examinador.
El examen se realiza de la siguiente forma: el examinando se coloca dentro de una cabina acústica (idealmente proyectada para optimizar la calidad del examen) con el fin de aislarlo de los sonidos ambientales, la cual tiene una pared de vidrio a través de la cual el examinador puede verlo.
El examen se realiza en silencio; el paciente sólo debe levantar una de las manos, por ejemplo, señalando el lado en que oyó el estímulo sonoro (levanta la mano izquierda al percibir el sonido llegando a su oído izquierdo).
Para probar la vía ósea, se utiliza un vibrador óseo colocado sobre el hueso mastoideo. Después de la audiometría tonal, se puede realizar la vocal, en la que el examinando debe repetir las palabras dichas por el examinador.
En caso de sospecha de pérdida auditiva, un médico (preferentemente un otorrinolaringólogo) deberá ser consultado para evaluación y tratamiento.
