No, hacer endoscopia no duele. La persona puede sentir molestia, pero no dolor. Para evitar dolores y molestias, se aplican productos anestésicos en el área de la garganta por donde pasa el endoscopio. Sin embargo, si la persona prefiere, la endoscopia se puede hacer bajo sedación, es decir, ella duerme y no siente absolutamente nada.
Después del examen, hay un período de recuperación de hasta media hora. La garganta puede estar anestesiada debido a los medicamentos utilizados en el procedimiento, pero gradualmente la sensibilidad vuelve a la normalidad.
Hay casos en que es necesario administrar oxígeno al paciente durante la endoscopia. En estas situaciones, puede haber estornudos y congestión nasal después del examen.
La endoscopia es un examen que permite detectar y tratar las enfermedades dubo digestivo. El examen se realiza con un aparato (endoscopio) formado por un tubo flexible de aproximadamente 1 metro de longitud y 1 centímetro de diámetro, con una microcámara instalada en su extremo.
Aunque el dolor no es un efecto adverso de la endoscopia, algunos signos y síntomas pueden indicar complicaciones, tales como malestar, náuseas, vómitos o sangrados. En la presencia de estas manifestaciones, el médico responsable del examen o el sector de endoscopia del hospital debe ser contactado con urgencia.
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