Hacer gimnasio no seca la leche, siempre que los ejercicios físicos no son muy intensos y la mujer tenga una alimentación e hidratación adecuada.
Esto es porque la actividad física aumenta el gasto calórico del cuerpo, que ya está quemando cerca de 800 calorías más debido a la lactancia.
Por lo tanto, si el ejercicio es muy extenuante y la mujer no tiene una dieta adecuada, con las calorías ingeridas a la dosis correcta, la producción de leche puede verse afectada e interferir lactancia materna.
Además de los cuidados con la alimentación, es fundamental aumentar la ingesta de agua para reponer los líquidos perdidos en la academia, pues la deshidratación también puede comprometer la producción de leche.
Es importante recordar que la actividad física intensa aumenta la concentración de ácido láctico en el cuerpo y puede alterar el sabor de la leche materna, haciéndolo más difícil de ser aceptado por el bebé.
Sin embargo, siempre que el ejercicio se haga a la dosis correcta, preferentemente orientado por un profesional, no va a entorpecer la lactancia.
Si usted está amamantando y desea volver o empezar a hacer gimnasio, hable con su médico ginecólogo.
