la ventana inmune es el período comprendido entre la fecha de la infección por el microorganismo (agente causante de la enfermedad) y la fecha en que los anticuerpos específicos, producidos por el organismo contra este agente causante, son detectables en exámenes de sangre (seroconversión). Las pruebas para verificar si una persona tiene una enfermedad (por ejemplo, el VIH) son generalmente hechas a través detección de anticuerpos contra el agente causante de la enfermedad investigada, en la sangre de esa persona. Por lo tanto, en el período de la ventana inmune, una persona puede hacer una prueba y tener un resultado falso negativo (es decir, la persona tiene la enfermedad, está con el virus del VIH en el torrente sanguíneo, pero todavía no ha producido anticuerpos específicos contra el VIH).
Es un concepto fundamental para personas que están en duda sobre la real negatividad de las pruebas que realizaron para la detección de determinada enfermedad. El período de la ventana inmune es variable; varía de dos a doce semanas, de ahí la mayor confiabilidad de la prueba tres meses después de la supuesta infección (comportamiento de riesgo, como por ejemplo la relación sexual desprotegida ), aunque existen casos de seroconversión hasta 120 días después de la infección (idealmente, el examen debe repetirse en seis meses). También es fundamental para donantes de sangreque deben tener en cuenta el período de la ventana inmune para transmitir información de forma más efectiva y honesta al entrevistador (antes de la recolección). La entrevista para la donación asegura aún más la calidad de la sangre para los pacientes que recibirán la transfusión, pues disminuye enormemente la posibilidad de recolección de sangre en período de ventana inmunológica.
Es importante que, en el período de ventana inmunológica, la persona que sospeche de enfermedad de transmisión sexual siempre tenga sexo con condón y no comparte jeringas, ya que si está realmente infectada, ya puede transmitir el VIH a otras personas.
