la leishmaniasis es una enfermedad infecciosa provocada por parásitos del género Leishmania, presentes en todos los continentes, con excepción de Australia y Antártica, habiendo ya identificadas más de 20 especies.
la transmisión de la enfermedad se da a través de la picadura de un insecto, el flebótomo del género Lutzomyia, conocido popularmente como mosquito paja, tatuquira, birigui, canguilla, ala blanca, ala dura y paja.
El mosquito transmite la leishmania después de haber picado un animal infectado, normalmente animales silvestres, aunque ya hay descripción de perros domésticos infectados. No existe transmisión de persona a persona.
Después de la picadura del mosquito, el protozoario es inoculado en el cuerpo, donde puede reproducirse localmente o esparcirse por el organismo. La leishmaniasis puede manifestarse de diversas formasdetallados a continuación:
- Leishmaniasis tegumentar o forma cutánea: Es generalmente causada por la especie Leishmania amazonensis y Leishmania braziliensis. Se caracteriza por la presencia de una úlcera que no provoca dolor, en las áreas expuestas del cuerpo, con forma redondeada o ovalada, de tamaño variable (de milímetros a algunos centímetros) y bordes elevados. El período de incubación (tiempo transcurrido entre la picadura del insecto y la aparición de síntomas) es alrededor de 2 a 3 meses, pero puede variar de 2 semanas a dos años. Puede haber más de una lesión simultánea (hasta 20 lesiones) y generalmente hay buena respuesta al tratamiento. En apenas el 2% de los casos, puede ocurrir la forma diseminada, caracterizada por la aparición de múltiples lesiones papulosas y acnéiformes (semejantes a espinillas), envolviendo varias partes del cuerpo, incluso la cara y el tronco, pudiendo llegar a cientos. Puede ocurrir fiebre, dolor muscular, malestar general y pérdida de peso. A pesar de ser más extensa, es una forma que presenta buena respuesta al tratamiento. Hay algunos pacientes que están infectados por Leishmania amazonensis y son incapaces de generar respuesta inmunológica. En estos pacientes, ocurre la llamada leishmaniosis cutánea difusa, en que ocurren lesiones nodulares o en placas, cubriendo grandes extensiones del cuerpo, frecuentemente asociadas a deformidades y que responden mal al tratamiento.
- Leishmaniasis mucosa o cutáneo-mucosa: corresponde a aproximadamente 3 a 5% de los casos de leishmaniasis tegumentar. Se caracteriza por una respuesta inmune exacerbada e ineficaz, con destrucción tisular de los lugares donde está la infección y mala respuesta al tratamiento. Alcanza las mucosas de las vías aéreas superiores (nariz, boca) y no provoca dolor. En general, surge después de la cicatrización de una lesión cutánea, por la diseminación del parásito por la sangre o por los vasos linfáticos. Sin embargo, puede ocurrir incluso sin evidencia de lesión cutánea anterior o concomitantemente a una lesión cutánea a distancia.
- Leishmaniasis visceral: forma crónica caracterizada por el acometimiento sistémico (de los órganos internos) Leishmania chagasi. El período de incubación va de 2 a 6 meses. La infección puede ser con casi o ningún síntoma, de moderada a grave, llevando al paciente a la muerte. Casos sintomáticos iniciales presentan, anemia, esplenomegalia (aumento del bazo), hepatomegalia (aumento del hígado) y fiebre. Sin un diagnóstico y tratamiento adecuado, la enfermedad evoluciona y puede ocurrir una significativa pérdida de peso, compromiso del hígado y de los riñones, fiebre continua y disminución del número de plaquetas y leucocitos, llevando a la hemorragia, infecciones bacterianas y muertes.
la diagnóstico de las formas cutáneas se basa en las características clínicas de la lesión y en el antecedente epidemiológico del paciente. Se recomienda siempre la realización de biopsia de la lesión para confirmación diagnóstica, aunque es difícil encontrar leishmanias en la lesión.
En el caso de la forma visceral, se deben recoger muestras de sangre, médula ósea, hígado, bazo o ganglios linfáticos para la investigación del parásito. También se puede realizar la intradresión de Montenegro, que es una prueba realizada con inyección intradérmica de antígenos (proteínas) de leishmania.
En el caso del paciente ya haber entrado en contacto con el parásito (está infectado o ya estuvo), surge una reacción inflamatoria en el lugar de la inyección. Puede ser positivo después de un tratamiento exitoso y negativo en la forma cutánea difusa, ya que depende de la respuesta inmunológica del individuo. En los casos de acometimiento visceral, la prueba es negativa, haciéndose positiva sólo después de la curación clínica.
Otra opción que auxilia el diagnóstico es la serología, que detecta los anticuerpos anti-Leishmania circulantes en la sangre de personas que ya entraron en contacto con el parásito. No da diagnóstico de infección actual y no tiene valor en ausencia de síntomas clínicos compatibles con leishmaniasis.
Si usted presenta síntomas como los citados arriba y, principalmente, si vive en el área endémica para leishmaniasis, deberá buscar un dermatólogo o infectólogo.
