La sífilis en el embarazo es muy peligrosa debido el riesgo del bebé ser infectado. La transmisión puede ocurrir por el paso de la bacteria por la placenta, contaminado el feto aún durante la gestación, o en el momento del parto.
La sífilis puede ser transmitida al bebé si la mujer se queda embarazada con sífilis o adquiere la enfermedad después de estar embarazada.
La aparición de sífilis durante el embarazo es de gran preocupación debido a los riesgos de complicaciones como aborto o mala formación fetal. Gran parte de los síntomas se manifiestan en los primeros meses de vida, como neumonía, heridas en el cuerpo, pérdida de la audición y visión, problemas óseos y compromiso neurológico
La congénita puede conllevar limitaciones en el crecimiento intrauterino con consecuente malformación fetal, secuelas neurológicas, aborto, parto prematuro y muerte neonatal.
El daño al feto dependerá de la etapa en que ocurrió la infección durante la gestación y del tiempo que la gestante se quedó sin el debido tratamiento.
El tratamiento de la sífilis se realiza con antibiótico, normalmente penicilina. Si el bebé es infectado, deberá permanecer internado durante un tiempo para una investigación sobre eventuales complicaciones. El niño también debe ser acompañado hasta los 18 meses para garantizar la finalización del tratamiento y la ausencia de secuelas.
¿Qué es la Sífilis congénita? ¿Cuál es el tratamiento?
La sífilis es detectada por el examen de sangre solicitado en la rutina de las consultas del prenatal. La mujer gestante debe realizar las consultas periódicamente y realizar los exámenes solicitados por el equipo.
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