Sí, sífilis congénita tiene cura y el tratamiento se realiza con penicilina. Muchas veces, el bebé necesita quedarse internado por tiempo prolongado para el rastreo de posibles complicaciones. Además, el niño debe ser acompañado hasta completar 18 meses para asegurarse de que el tratamiento se ha completado y la sífilis no ha dejado secuelas.
La dosificación de la medicación y la duración del tratamiento dependerá del tratamiento previo realizado por la madre del niño.
El bebé también es sometido a diversas intervenciones, como colectas de sangre, evaluaciones neurológica, oftalmológica y auditiva, así como radiografía de huesos largos. La presencia de alteraciones clínicas, radiológicas y serológicas en el niño también orientar el tratamiento.
Durante y después del tratamiento, es importante realizar el seguimiento con las consultas programadas y exámenes de rutina.
La sífilis congénita puede causar diversas complicaciones como parto prematuro, malformaciones fetales, muerte al nacimiento, bajo peso al nacer, secuelas neurológicas, entre otras.
Sin embargo, cuando el tratamiento de la sífilis en la mujer se inicia rápidamente, las posibilidades de transmisión al feto disminuyen.
Por eso, la realización del prenatal, la detección precoz y el tratamiento completo es fundamental para evitar los agravios de la sífilis congénita.
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