La sensación de escalofríos constantes no es normal, ya que el escalofrío a menudo es síntoma de enfermedades infecciosas y puede estar asociado a la fiebre. Los escalofríos y temblores que caracterizan los escalofríos pueden estar presentes en las infecciones gastrointestinales y urinarias, gripes, meningitis, malaria, neumonía, entre otras enfermedades de origen bacteriano y viral.
Personas con sindrome del PANICO o ansiedad también pueden sentir escalofríos. En ese caso, no se trata propiamente de una enfermedad física o algún proceso infeccioso, sino de un trastorno de origen psicológico que también necesita tratamiento.
El escalofrío causado por cuadros de ansiedad está relacionado con el aumento repentino de la cantidad de adrenalina en el organismo que ocurre en estas situaciones.
Los escalofríos son contracciones musculares vigorosas e involuntarias que sirven para producir calor y controlar la temperatura del cuerpo.
Entre las causas más comunes de escalofríos están las gripe más fuertes y las intoxicaciones alimentarias. En la gripe, el temblor y el escalofrío pueden ocurrir junto con fiebre, tos seca, dolores en el cuerpo, dolor de cabeza, dolor de garganta, cansancio, entre otros signos y síntomas.
En la intoxicación alimentaria, además de escalofríos, la persona también puede presentar náuseas, vómitos, diarrea, fiebre y dolores abdominales.
Si el origen del escalofrío es una infección urinaria, es probable que haya también dolor o ardor para orinar, voluntad urgente de hacer pis, dolor en los riñones, fiebre y presencia de flujo amarillento.
Una vez que los escalofríos pueden estar presentes en diversas enfermedades infecciosas, lo más indicado es buscar un médico clínico general o un médico de familia para hacer una evaluación y recibir el tratamiento adecuado.
