La intolerancia a la lactosa no es propiamente una enfermedad, por lo tanto curación es posible a partir de una reorientación alimentaria.
La reorientación alimentaria consiste en disminución o restricción de la ingestión de leche y derivados (queso, mantequilla, yogures, leche condensada, crema de leche, etc.) y alimentos que en su producción contengan leche (pastel, helado, pan de queso, etc.) asociada a la sustitución por alimentos con nutrientes y proteínas necesarios en el día a día.
Otra opción disponible en el mercado es la enzima lactasa (cápsula o gotas) capaz de facilitar la absorción de la lactosa y, de esta forma, reducir los síntomas provocados por la intolerancia. A la leche y después de 24 horas de refrigeración en la nevera, la mezcla puede ser usada para beber o en la fabricación de alimentos que utilizan leche en la receta.
La nueva dieta debe contener alimentos que ofrezcan nutrientes como el calcio y la vitamina D que la persona debe ingerir diariamente.
El médico / a gastroenterólogo así como el / la / clínico / a general y médico / a de familia son capaces de realizar el diagnóstico apropiado de la intolerancia a la lactosa y, junto con el / la nutricionista, orientar la dieta y alimentos que harán reducir los síntomas y propiciar una adecuada calidad de vida al paciente.
Para más informaciones:
¿Qué examen debo hacer para saber si tengo intolerancia a la lactosa? ¿Como es hecho?
