Al principio, parece ser seguro usar uñas de gel durante el embarazo.
No hay estudios comprobando las consecuencias negativas del uso de uñas de gel durante el embarazo.
Se sabe que el maleficio del uso de las uñas de gel (no sólo durante el embarazo) está asociado a la exposición a la radiación ultravioleta utilizada en las cabinas de luz para fijación del gel a la uña. Esta radiación puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel a largo plazo, dependiendo del tiempo y la frecuencia de esta exposición y la tendencia genética de cada persona.
Las uñas durante la gestación presentan un crecimiento más rápido y pueden ser más frágiles y quebradizas. La uña es una protección del lecho ungueal, auxilia la huella en los objetos y representa la salud de la persona. Algunas infecciones y enfermedades presentan repercusiones y manifestaciones en las uñas, siendo algo importante para la observación de algunos problemas de salud.
El uso de las uñas de gel puede camuflar posibles manifestaciones además de provocar debilidad, disminución del brillo y descamación de la uña natural.
Aunque no hay estudios científicos suficientes que demuestren estas consecuencias, es recomendable usar las uñas de gel con precaución.
