La mareo en el embarazo es un síntoma común y ocurre debido a los cambios de la presión arterial provocados por la acción de las hormonas (estrógeno y progesterona) ocurridas en esta fase, o, como consecuencia de la hipoglucemia generada por bajos niveles de azúcar en la sangre y en el cerebro derivados de una mala alimentación.
Sin embargo, en las situaciones en que los mareos son muy frecuentes o acompañados de otros signos y síntomas como confusión mental, desmayos, temblores, sudores fríos, dolores o sangrados se debe buscar una atención médica de urgencia.
La mareo que ocurre normalmente en el embarazo puede ser amenizada con el hábito de alimentarse con más frecuencia, cada tres horas, con alimentos ligeros y nutritivos, como frutas (entre los horarios de las comidas). Ingerir mayor cantidad de líquidos, principalmente en los días calientes y al realizar actividades físicas más exhaustivas, también es importante. Siempre debe procurar levantarse más lentamente y si está acostada, primero sentarse en la cama, esperar unos minutos y luego ponerse de pie. Esto es importante para permitir la adecuación de la presión sanguínea a la posición de pie y mejorar el flujo sanguíneo hacia el cerebro, evitando los mareos por caída de la presión arterial debido al cambio de posición (hipotensión postural).
Si la embarazada siente mareos, debe tratar de sentarse lo más rápido posible y bajar la cabeza entre las piernas. Si es posible, se debe acostar, pues esta posición ayuda a mejorar el flujo sanguíneo hacia el cerebro, evitando caídas. También es importante tener siempre algún tipo de alimento disponible (galleta o una fruta) para los casos de no poder alimentarse en los horarios adecuados, para prevenir mareos debido a la hipoglucemia.
El obstetra es el médico indicado para orientar sobre los cambios surgidos durante el embarazo.
