Los signos y síntomas de los trastornos de personalidad se manifiestan al final de la vida infancia o durante la adolescencia. Sin embargo, la confirmación del diagnóstico sólo puede ocurrir después de los 18 años de edad. Los síntomas son constantes a lo largo de la vida, sin períodos de remisión.
Estos pacientes presentan emociones y comportamientos muy inflexibles y desajustados. Esto dificulta la adaptación de la persona a las situaciones.
Los trastornos de personalidad llevan a la persona a tener un estilo de vida interior o un comportamiento muy diferente de lo que se espera de ella culturalmente.
Esto se manifiesta al menos de dos formas: En la interpretación de sí mismo, de los demás y de los acontecimientos (cognición), en la adecuación a la respuesta emocional (afectividad), en la relación interpersonal y en el control de los impulsos.
Los individuos con trastornos de personalidad tienen dificultad en posponer el placer inmediato de deseos que pueden ser totalmente desajustados para ciertos momentos.
Como falta conciencia moral para entender las consecuencias de sus actitudes, es común transferir la culpa a los demás. Es el perfil psicopático.
Se tratan de perturbaciones graves en las características y los comportamientos de la persona, generalmente en diversas áreas de la personalidad, que casi siempre llevan al rompimiento personal y social del individuo.
Los trastornos de personalidad tienen una fuerte relación con factores hereditarios, siendo estos verificados en casi la mitad de los casos. Por lo tanto, no es sólo el ambiente que contribuye al desarrollo de estos trastornos, sino también a la herencia.
Un comportamiento frecuentemente observado en individuos con trastornos de personalidad es el abuso de bebidas alcohólicas y otras drogas.
Los trastornos emocionales también perjudican la calidad de vida, pues perturba el bienestar emocional, provoca mucho estrés y dificulta las relaciones personales.
Es importante recordar que los trastornos de personalidad se vuelven más evidentes en momentos de estrés y ansiedad.
El médico psiquiatra es el especialista indicado para diagnosticar los trastornos de personalidad e indicar el tratamiento más adecuado en cada caso.
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