La falta de aire constante puede ser signo de ansiedad, enfermedades cardíacas y pulmonares, o todavía falta de condicionamiento físico y debilidad muscular. La falta de aire se caracteriza por dificultad o incomodidad respiratoria, creando la sensación de que la persona no puede inhalar la cantidad suficiente de aire.
La falta de aire a causa de problemas cardíacos ocurre cuando el corazón no puede bombear la sangre adecuadamente, como en la insuficiencia cardíaca. En estos casos, la sangre no sale completamente del corazón, que se "hinchado" y presiona los vasos sanguíneos del pulmón, provocando una extravasación de líquido al pulmón. La falta de aire también puede ser un síntoma de hipertención arterial (presión alta), aunque no es muy común.
Enfermedades que afectan a los pulmones o las las vías respiratorias, como la gripe, el resfriado, la bronquitis, la rinitis, la sinusitis, el enfisema pulmonar y el asma dificultan la respiración y pueden causar la falta de aire.
La falta de condicionamiento físico o la debilidad muscular también provocan falta de aire, ya que la persona necesita hacer un esfuerzo mayor de lo normal para realizar las tareas.
La ansiedad, la angustia (sensación de peso en el pecho) y el síndrome del pánico están entre las causas psíquicas de falta de aire.
Es importante prestar atención a algunas señales que pueden acompañar la falta de aire, ya que pueden indicar problemas más graves. la señales de alerta : dificultad para hablar, respiración jadeante, esfuerzo en el cuello para conseguir inspirar, interrupción del sueño durante la noche, cansancio al realizar tareas del día a día, labios rojos, tos, sibilancias o dolor en el pecho.
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En la presencia de estos signos, la persona debe buscar un médico clínico general o un médico de familia para una investigación más precisa de la causa de la falta de aire.
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