Alargar la oreja puede hacer mal a la salud, principalmente debido al riesgo de infecciones y reacciones alérgicas. Además, sin los cuidados adecuados, puede ocurrir también formación de queloide o incluso rompimiento del cartílago por el uso de extensores demasiado grandes.
Para evitar las complicaciones, quien desee extender la oreja debe buscar establecimientos en los que los aparatos utilizados para hacer los agujeros sean esterilizados en autoclave. El sitio debe estar aprobado por la vigilancia sanitaria.
Los profesionales deben estar debidamente cualificados y poseer alvará de funcionamiento, además de agujas y catéteres desechables.
Un procedimiento básico para evitar infecciones es la colocación de un accesorio que cubre el agujero durante 30 días. Así, se evita la exposición del local para impedir la entrada de bacterias que podrían infectar la región.
Otros cuidados que deben tomarse para evitar complicaciones al alargar la oreja:
- No hacer la ampliación en casa. Buscar un profesional de body piercer;
- Utilizar alargadores de titanio, teflón o acero quirúrgico, al menos al principio, pues disminuyen el riesgo de alergia y ayudan en la cicatrización;
- Limpiar diariamente el lugar con jabón antiséptico es fundamental para evitar infecciones.
Para mayor aclaración, consulte a un médico dermatólogo.
