Sí, tuberculosis ósea tiene cura. El tratamiento generalmente se realiza con esquemas de hasta 4 medicamentos antibióticos, tomados por vía oral: rifampicina, isoniazida, pirazinamida y etambutol. El tratamiento de la tuberculosis ósea tiene una duración mínima de 6 meses y puede prolongarse durante otros 6 o 9 meses.
Los pacientes con tuberculosis en las vértebras de la columna (mal de Pott) pueden necesitar tratamiento quirúrgico si hay deformidades, compromiso neurológico o destrucción significativa de los huesos. También puede ser necesario inmovilizar la columna externamente con órtesis o chalecos.
Las cirugías en los casos de tuberculosis vertebral normalmente se indican para drenar grandes abscesos, descomprimir la médula espinal, corregir deformidades óseas y estabilizar la columna.
El tratamiento quirúrgico de la tuberculosis ósea en la columna se indica sobre todo cuando hay destrucción ósea progresiva y compromiso neurológico.
La complicación más grave de la tuberculosis en la columna es la pérdida de los movimientos o de la fuerza de las piernas debido a la compresión de la médula espinal.
Sin embargo, siempre que no haya ningún compromiso neurológico o deformidades, la respuesta de la tuberculosis ósea al tratamiento conservador con antibióticos generalmente es buena. Las cirugías se reservan sólo a los casos más avanzados.
El médico ortopedista es el especialista responsable del diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis ósea.
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