Sí, derrame cerebral tiene cura. Sin embargo, la recuperación completa de la persona y la presencia o no de secuelas dependen de la parte del cerebro en que ocurrió el derrame, del tamaño de la lesión cerebral y si el tratamiento fue adecuado e iniciado a tiempo.
El tratamiento del derrame cerebral depende del tipo de accidente cerebrovascular (ictus hemorrágico o isquémico) y debe iniciarse lo más precozmente posible.
Las formas de tratamiento para los derrames pueden incluir medicamentos, cirugías, fisioterapia, terapia ocupacional y fonoaudiología.
Los medicamentos utilizados para tratar el derrame sirven para disolver coágulos (AVC isquémico), controlar la presión arterial y aliviar el dolor de cabeza.
Los procedimientos quirúrgicos tienen como objetivo clarificar los vasos sanguíneos (ictus isquémico), drenar la sangre acumulada en el cráneo y reparar los vasos sanguíneos que se rompieron (AVC hemorrágico).
La fisioterapia, la terapia ocupacional y la fonoaudiología actuarán en la recuperación o mantenimiento de los movimientos, de las funciones motoras y del habla.
Es importante recordar que cuanto más rápido el tratamiento del derrame cerebral comienza, mayores son las posibilidades de recuperación y menores son los riesgos de secuelas.
Por eso, a los primeros signos y síntomas de un derrame cerebral, la persona debe ser llevada con urgencia a un socorro. El especialista responsable del diagnóstico y tratamiento del AVC es el neurólogo.
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