El trastorno opositor desafiante tiene cura. Si no es debidamente tratado, el trastorno de oposición desafiante puede evolucionar hacia otros trastornos, como el trastorno de conducta y el trastorno de personalidad antisitocial.
En la adolescencia, el TOD puede aumentar el riesgo de trastorno de ansiedad, abuso de alcohol, uso de drogas y delincuencia.
Cuanto antes el tratamiento del trastorno opositor desafiante comienza, mayores son las posibilidades de recuperación y prevenir que el trastorno evolucione hacia cuadros más graves.
El tratamiento debe abordar diversos métodos, teniendo en cuenta sobre todo los ambientes sociales y familiares en que están insertados los niños.
Además de la psicoterapia infantil, también forman parte del tratamiento a la terapia familiar y la orientación a los padres.
Cuando el niño presenta otros trastornos mentales asociados, como ansiedad, TDAH, depresión y bipolaridad, el uso de medicamentos puede ser necesario.
Con el tratamiento adecuado, es posible controlar los síntomas del trastorno de oposición desafiante. A través de la psicoterapia, el niño o el adolescente aprende a controlar las emociones, sobre todo a la rabia, a lidiar con las frustraciones y relacionarse socialmente.
Para los padres, la terapia familiar y las orientaciones del psicólogo ayudan a elaborar mejores métodos de disciplina.
Es importante resaltar que el éxito del tratamiento depende mucho de los cambios que deben ocurrir en los ambientes sociales y familiares que rodean al niño. Por lo tanto, los resultados pueden tardar en aparecer y el tratamiento puede tardar años.
Más información en:
¿Cómo identificar el trastorno opositor desafiador (TOD)?
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