Tomar refrigerante durante el embarazo no hace mal para la madre o el bebé, siempre que sea consumido moderadamente y la gestante no tenga ninguna contraindicación, como diabetes, por ejemplo.
Refrigerantes a base de pegamento y guaraná deben evitarse durante el embarazo debido a la cafeínaque, en exceso, puede disminuir el crecimiento del feto y parece estar relacionada con partos prematuros y abortos.
Los refrescos también aumentan el malestar gástrico de las embarazadas a causa del gas y contribuyen al aumento de peso y el desarrollo de diabetes gestacionalporque son ricos en azúcar.
Incluso si el refrigerante es "cero", favorece la retención de líquidos por ser rico en sodio, aumentando así la hinchazón que ya es común durante el embarazo.
Además, los refrescos no son saludables, no ofrecen nutrientes esenciales para la madre y el desarrollo del bebé y pueden perjudicar los huesos.
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Por todas estas razones, lo ideal sería evitar tomar refrescos durante el embarazo o, al menos, consumirlos con mucha moderación.
Para mayores aclaraciones sobre lo que puede o no comer y beber durante la gestación, hable con su médico de familia o obstetra responsable del prenatal.
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