La producción excesiva de saliva al despertar es un disturbio llamado hipersalivación matinal idiopática. El exceso de saliva puede tener muchas causas, como inflamaciones e infecciones orales, reflujo gastroesofágico, enfermedades neurológicas (Parkinson, parálisis cerebral), presión arterial alta y uso de medicamentos.
Otras causas frecuentes de hipersalivación incluyen el embarazo, las enfermedades del hígado, las úlceras orales, la radioterapia y la intoxicación por metales pesados, como el mercurio y el plomo.
La hipersalivación también puede ser causada por debilidad o la falta de control de los músculos faciales, de la lengua, boca o garganta, lo que dificulta la deglución de saliva, aunque la producción no sea excesiva.
Entre los drogas que pueden aumentar la producción de saliva están los tranquilizantes y los anticonvulsivantes.
La hipersalivación puede ser controlada tragando la saliva. Sin embargo, cuando hay algún trastorno sensorial, el organismo no reconoce el exceso de saliva producido. En los casos en que hay pérdida o falta de control de la musculatura, la persona no consigue deglutir la saliva.
Otras causas menos comunes para la hipersalivación son la macroglossia (lengua aumentada) y las cirugías en la cabeza y el cuello.
Para diagnosticar la causa de su hipersalivación matinal, consulte a un cirujano dentista o estomatólogo.
