La fiebre es la temperatura corporal superior a los 37,8ºC, cuando se mide debajo del brazo (axila). Dependiendo de la región del cuerpo donde se coloca el bulbo o el sensor del termómetro, esta temperatura puede variar:
- (oral): normal hasta 37,8ºC;
- (membrana timpánica): normal hasta 38,3ºC;
- (anal): normal hasta 38ºC.
La temperatura corporal puede sufrir pequeños cambios durante el día, dependiendo de la actividad física realizada, del clima, ropas usadas, ovulación de la mujer, primer trimestre del embarazo, edad e incluso, de persona a persona. Sin embargo, sólo se considera fiebre cuando hay un aumento de la temperatura para arriba del promedio del cuerpo humano. El instrumento utilizado para medir la temperatura es el termómetro, que debe mantenerse en el cuerpo durante unos 5 minutos.
La fiebre no es una enfermedad, es una reacción a algún problema que afecta al organismo. Puede ser causada por una infección, inflamación, trauma, cáncer, cambios en el sistema nervioso central y en la sangre, entre otros. Puede estar acompañada de síntomas como: malestar, náuseas, vómitos, dolor de cabeza y fatiga.
El control de la fiebre se puede hacer con el intento de enfriamiento del cuerpo: hacer compresas frías debajo de los brazos, cuello y región de las ingle (inguinal), mantener ropa ligera y tomar baños con agua tibia o fría. Los medicamentos utilizados para el control de la fiebre son los antitérmicos, tales como: dipirona, ibuprofeno, ácido acetilsalicílico, paracetamol. Sin embargo, cualquier medicamento sólo debe utilizarse según la prescripción médica.
Una vez que la fiebre puede tener causas variadas, se debe buscar un médico siempre que la fiebre persiste y si la persona presenta más allá de la fiebre, algún otro signo o síntoma.
