la septicemia (también llamada sepse o sepsis), es un síndrome que ocurre en los pacientes con infecciones graves, caracterizada por un intenso estado inflamatorio en todo el organismo, potencialmente fatal.
La sepsis es desencadenada por la invasión del flujo sanguíneo por agentes infecciosos (principalmente bacterias, pero también virus u otros microorganismos), por lo que es habitualmente llamada por el público laico de "infección de la sangre", pero puede continuar incluso después que los agentes infecciosos que la causaron no más están presentes.
La sepsis puede evolucionar hacia sepse grave, en que ocurre hipoperfusión de los órganos (menos sangre llega hasta ellos, pero todavía es una situación controlable con administración de suero fisiológico) o una disfunción detectable de algún órgano (caracterizada por acidosis láctica, alteraciones de la coagulación, hiperbilirrubinemia, oliguria y / o alteración del nivel de conciencia, etc.).
Cuando la sepsis es grave, los riñones y el hígado pueden dejar de funcionar, el corazón se vuelve más débil, el cerebro funciona mal y los pulmones se llenan de agua (por la alteración de la permeabilidad de los vasos sanguíneos). El paciente puede entonces presentar la temida "quiebra de múltiples órganos".
La alteración de la permeabilidad de los vasos sanguíneos y de la presión arterial causan una disminución del aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos, llevando a la hipoxia (falta de oxígeno) y quiebra de los mismos, pudiendo también afectar el sistema de coagulación también puede ser afectado.
Uno de los eventos más complicados de la sepsis es la coagulación intravascular diseminada (CIVD), un proceso en el que el sistema de coagulación se descontrola y ocurren simultáneamente trombosis y hemorragias. El riesgo de muerte aumenta según la gravedad de la sepsis. La sepsis severa llega a tener una mortalidad mayor que 40%, incluso con tratamiento médico.
Por último, choque séptico se produce una falla circulatoria aguda (hipotensión arterial persistente - presión arterial sistólica <90 mmHg, presión arterial media <70 mmHg o caída en la PAS de 40 mmHg o más - sin respuesta a la expansión volémica adecuada).
El paciente sólo responde a la administración de aminas vasoactivas (noradrenalina). El paciente deberá ser encaminado a la UCI debido a la gran mortalidad (alrededor del 65% en Brasil). El uso de respirador artificial, diálisis, sedación, sondas, catéteres, entre otros, puede ser necesario.
